Parece que la humanidad no sea capaz de romper el círculo vicioso según el cual para ganar un derecho humano antes deba morir mucha gente. Los que trabajan en el ámbito de la inmigración han pedido, una y otra vez, que haya una regulación que respete los derechos humanos de los inmigrantes ilegales.

Más aún.

Se ha pedido que se arbitren fórmulas para evitar que haya inmigración ilegal

Las peticiones han caído en saco roto.

Ha tenido que repetirse la tragedia de Lampedusa, y el inacabable recuento de muertos, para que la autoridad competente haya caído en la cuenta de que no puede seguir mirando en otra dirección cada vez que hay una tragedia de estas características. Tragedia que se suma a las que se viven en el estrecho de Gibraltar o en el intento de llegar a Canarias desde hace demasiados años.

La propuesta cristiana, escrita en el capítulo 25 del libro de Mateo, en el Nuevo Testamento, nos aporta una guía práctica de cómo debemos actuar. Este texto evangélico nos cuenta que debemos ocuparnos de los menos favorecidos de nuestra sociedad. Es una invitación a tomar la iniciativa y a hacerlo antes de que no haya remedio.

La discriminación positiva a favor de los colectivos menos favorecidos de nuestra sociedad debería ser una reivindicación que volviera a ponerse sobre la mesa. Hay que volver a poner en la agenda política la defensa de los menos favorecidos, los colectivos que viven en el margen.

Estamos en un tiempo de crisis y esta crisis es tan profunda que demasiada gente apenas tiene energías para salvarse a sí misma de la desgracia que está cayendo sobre todos nosotros.

Pero, gracias a Dios, no todos estamos en esta circunstancia como tampoco lo están aquellos que ocupan puestos de poder desde donde pueden tomar decisiones para evitar desgracias como éstas.

Romper este círculo vicioso del que se hablaba al inicio del artículo, debe ser una de las tareas que nos impongamos a nosotros mismos y que demandamos a las personas en las que depositamos nuestra confianza para gobernarnos.

Y si nos demuestran que no son dignos de esta confianza habrá que preguntarse si debemos seguir votándoles en las próximas elecciones.

Si la inteligencia se hereda, ¿lo espiritual también? ¿Es contagiosa la obesidad? ¿Será la espiritualidad contagiosa?

Quiero iniciar este artículo señalando algo discutible pero fácil de comprobar
LA OBESIDAD ES CONTAGIOSA, creo que nadie lo discutirá, pero salvo alguna excepción es muy evidente que padres obesos tienen hijos obesos o con alguna alteración de la conducta alimentaria. La razón por la que señalo en el inicio esta afirmación es que no la volveré a mentar hasta la conclusión final, aunque espero del lector  que en el transcurso de la lectura lo vaya reflexionando y haciendo equivalencias entre ambas afirmaciones y preguntas.
Es muy conocida por ser un best seller la llamada INTELIGENCIA EMOCIONAL, pero muchos desconocen que esa es solo una de las tantas inteligencias que existen.
A fin de ser didácticos diré que inteligencia  es la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla adecuadamente según Wikipedia, otras definiciones más completas sería la etimológica, viene del latín “Intus” que significa  “entre” y “legere” que significa “escoger” es por lo tanto la función que nos permite elegir la mejor opción después de valorar los pros y los contra entre las distintas opciones. Es también la capacidad de aprender, hacer planes, inventar con lo que tiene, salir airosos de las dificultades, en definitiva, hacer lo mejor en cada momento.

Hay sin embargo otras inteligencias menos conocidas y sin embargo usadas, ignorarlas es hacer como quien no riega las macetas, terminará matando la planta de inanición si no la salva el tiempo y la lluvia. En estos tiempos de anemia espiritual desarrollar esta inteligencia aporta nuevas sensaciones, metas, valores, significados y hasta estados afectivos que enriquecen nuestra vida en su totalidad dotándola de transcendencia, el hombre interior- dotado de una existencia interna- y el hombre exterior- dotado de una existencia entre otras personas- es capaz de hacer cosas muy distintas según obren las distintas inteligencias potenciándose entre ellas, ya que estas son interdependientes entre si, nunca independientes a no ser que el hombre no sea anormal e insano.

 

Para vivir en equilibrio se necesita aplicar todas las inteligencias y cuando digo todas me refiero a  la Inteligencia lingüística, la musical, la emocional,  la lógico matemática, la espacial y visual, la intrapersonal, la interpersonal, la naturista o capacidad de realizar ajuste al medio ambiente natural y no por última menos importante, la espiritual. Hoy nadie discute que las inteligencias interactúan y conforman una capacidad del individuo de interactuar y conocerse a si mismo tanto intima con actuante y modificado, así que para controlarse en una situación y adaptarse adecuadamente debe actuar la inteligencia intra y extrapersonal, la emocional, la lingüística y también la espiritual pues sobre ella basamos si algo vale ( de valores) la pena, el sacrificio o la huida.

La inteligencia espiritual sitúa al individuo en el cosmos, en la civilización (arte, modas, modos, etc.) y lo dota de trascendencia dándole un destino, y un pasado un sentido a su existencia, le lleva a superarse a sí mismo a buscar mas allá de lo físico- lo metafísico- las razones últimas de su existencia, razones del corazón- alma- que la razón no entiende. El sentido de lo sagrado y de la experiencia religiosa y ética, eleva al hombre del plano animal o natural y lo coloca en el humano y trascendente. Y esto ¿se pega? . Al igual que debemos enseñar a hablar y con la lectura y el aprendizaje aumentamos nuestra inteligencia lingüística, con la urbanidad se enseña las normas interpersonales, igual que enseñamos a controlar nuestra emociones así también debemos hacer crecer la inteligencia espiritual. Todas ellas- las inteligencias- son innatas, todos venimos dotados de esos talentos uno más que otros pero como en la parábola debemos hacerlos crecer ya que según ello seremos de utilidad al que nos donó los talentos para ponerlos al servicio de todos, por ello nos hizo seres biológicos, psicológicos, espirituales y sociales. Abarcando como una cruz las dimensiones verticales que nos da la dimensión espiritual y la horizontal que nos da lo social, el nosotros. Para alcanzar este  fin debemos tener un proceso de interiorización y simultáneamente un proceso de superación del ego, del yo mismo para ser cada vez más nosotros. Releer el articulo acerca de Susana Wesley “ tuvo solo 10 reglas y 19 hijos” y comprenderéis porque somos metodistas y porque hacemos tanto énfasis en la inteligencia espiritual, aunque la llamemos Santidad, y veréis si como la Obesidad se contagia.
        
Recomiendo el texto homónimo de Torralba

Finalmente el relevo en la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña ha llegado. Mejor tarde que nunca. Hasta el día de hoy la Comunidad Protestante se siente discriminada por buena parte de la Administración y por buena parte de los poderes fácticos del país. Ante esta situación, en su momento, se creyó oportuno y conveniente pedir al Presidente de la Generalitat, el Muy Honorable Sr. Jordi Pujol, que pusiera en marcha una Dirección General de Cultos, éste es el nombre que figura en el Acuerdo Marco firmado entre la Generalitat de Cataluña y el Consejo Evangélico, para dar apoyo a las Confesiones Religiosas y para defender la Libertad Religiosa.

Fruto de esta iniciativa es lo que hoy conocemos como Dirección General de Asuntos Religiosos.

Lo que nunca hubiera podido imaginar este Consejo es que esta Dirección General se volviera en contra de la Comunidad Protestante y del resto de Confesiones.

La verdad sea dicha es que esta Dirección General saliente sólo había de trabajar, que no es poco, para hacer realidad lo que clara y acertadamente explicaba el programa electoral de Convergència i Unió.

En lugar de seguir el camino marcado por su propio partido decidió iniciar un proceso de diálogos interminables sin orden del día, sin agenda y sin ninguna otra conclusión que no fuera volver a reunirnos para repetir la misma puesta en escena.

En lugar de dejarse aconsejar, si no se conocía el terreno, se entró pisando el huerto, sin valorar lo que se había plantado y sin escuchar el desconcierto del campesino que, casi incrédulo por lo que veían sus ojos, se preguntaba qué estaba pasando. Haciendo, en definitiva, todo lo contrario de lo que se le estaba pidiendo.

Cuando este Consejo veía cómo, después de intentarlo una y otra vez durante más de diez años, el Ministerio de Justicia de Madrid no quería legalizarlo, su Secretario General no sólo era recibido por el Presidente Jordi Pujol, sino que gracias a la actuación presidencial finalmente éramos legalizados. Frente a estos hechos el Director General saliente ponía, abierta y repetidamente, en cuestión al Consejo Evangélico de Cataluña.

Cuando todas las administraciones quieren tener un interlocutor con quien dialogar esta Dirección General despreciaba el Consejo Evangélico.

Se ha pasado del amparo que siempre habíamos tenido en la Generalitat a la discriminación.

Lo peor es que incluso se ha perdido la oportunidad de conseguir transferencias que en materia religiosa el Gobierno del Estado estaba dispuesto a hacer realidad. Unas transferencias que seguramente hemos perdido para siempre.

No podemos terminar sin hacer mención al recorte del cien por cien de que hemos sido objeto las Confesiones Religiosas por parte de esta Dirección General y del trato y la forma en que se ha realizado este proceso.

Cuán diferente es el trato que hemos recibido y recibimos del actual Comisionado para Asuntos Religiosos del Ayuntamiento de Barcelona. Abierta, sincera y honestamente nos dijo que no podrían contribuir en 2012 a la cofinanciación del Consejo Evangélico pero nos hemos sentido escuchados, valorados y reconocidos en todo momento.

Esperamos que el nuevo Director General de Asuntos Religiosos sepa recuperar la confianza perdida.

Esperamos sus iniciativas.

A mans de qui estem? Què serà de mi? I de nosaltres? Fins a quin punt?- dir una veritat de 5 i altra de 10-

Algunes d'aquestes preguntes sorgeixen de manera tan natural de dins com aigua que surt dels porus i segons com, un pot tenir la desagradable sensació de sequera existencial i fins deshidratació  emocional.

Som en mans de Déu, en les nostres , o a mans del Diable?

 
De vegades les coses no surten com  un planeja. L' apòstol Pau s'hi va posar de ple, obstinadament fent la seva tasca, però en diverses ocasions va ser impedit de dur a terme justament l'empresa que Jesucrist li havia encomanat fer, camí a Damasc.

I és que de vegades sens a dir que és el Diable qui posa pals a les rodes. Altres vegades som directament nosaltres qui diem solemnement que el Senyor de la Història és qui controla les circumstàncies i res escapa de la seva Providència (Salvació, Prevenció, Protecció, Sosteniment).

Ningú, -a part d'Ell- sap enmig  d’esdeveniments i successos, cosir de manera tant magistral amb els fils del nostre lliure albir i les seves conseqüències lamentables  amb la seva Voluntat inapel·lable.
 

Doncs valguem Déu! - dirà algun imprudent- No és Déu Amor i no ens vol pas el mal? O es que fa allò de que : “Qui et vol be et farà plorar"?
 

Permet-me un parell de veritats: una de curta de 5 síl·labes i altra de 10 .
 
La de 5: "Déu no juga brut": Sinó que exercita la inhumana tasca (ningú pot, imitar-li, per això és divina) de portar a terme tot allò s'ha proposat fer. Ni juga brut, ni juga amb nosaltres: Ens estima. (No és de rebut el verb jugar per a referir-se a l'activitat de Déu).

En el llibre de Job, però, es descobreix una altra dimensió: la dels homes i les dones de Déu. Que hi ha un abans i un després en la vida dels homes i dones de Déu, en el que Éll intervé de manera eficaç. Llegeixes bé: eficaç. Ni de benediccions sense fi, ni de mals tràngols sense treva.

En el llibre de Job es diria d'entrada que Satanàs  aconsegueix provocar a Déu. Era aquest el seu objectiu? Algun dia ho sabré. Encara que quan toqui saber-ho potser ja no em faci falta i ni m'importi. El cas Satanàs és el de la criatura més autònoma i reptadora entre la resta de criatures

angèliques. Però mai ha estat una provocació la seva perspicàcia malèfica

- per més que la superstició  dualista vulgui fer adeptes -.
 
Vull dir que qualsevol barbaritat que hagi fet  amb força bestial, enmig de la humanitat i hagi afectat a un poble sencer, o afecti a un sol ésser humà amb "nanomalaintenció", el Totpoderós mai, ha hagut de  respondre com un bomber apagafocs. Òbviament perquè a la majestat del Omnipotent li és inherent la seva Omnisciència i altres atributs més, per perdre el cap completament si ens poséssim tan sols a considerar-los amb la presumptuosa potència de la nostra ment.

Aquí ve la frase de 10 síl·labes: "A Déu mai l'enxampes desprevingut". Però també és veritat que sovint  les coses venen maldades i no és per directa responsabilitat humana. O si, i és que arrosseguem les

vibracions i la polseguera que van aixecar els nostres ancestres i les seves generacions anteriors.  Però altres vegades, és el que correspon per la més elemental de les regles: allò que un sembra, allò recull. Es allò del cartellet mal escrit entre els prestatges de la botiga dels tot a 100 del xinos:"No toca loque rompes pagar".
 Som a mans de Déu, en les nostres, o a mans del Diable?

En general, no hauríem d'oblidar que hi ha responsabilitat per la nostra banda en el que ens passa o ens deixa de passar. Altres cops es el incívic conciutadà desconegut que no aparca bé i ens ratlla la xapa, o el xiclet que s'enganxa a la sola i llegiu-me aquí, per descomptat en clau metafòrica, que si unes vegades som destorbats, altres certament som guiats en mig dels períodes i els moments adversos que facin falta. Perquè abans d'acabar aquest article, cal dir que les coses sortiran com sigui, però el nostre Déu sap el que està fent enmig del seu poble.

Per qui no s'hagi quedat prou convençut els recordaré aquell  que va aguantar tants despropòsits: Josep, el primer teòleg de la Providència divina -sense saber que existiria tal disciplina- i que es va penjar en l'ànima el títol de Dr. honoris causa, quan va saber dir que fet i fet, totes les desgràcies i les traïcions de la seva pròpia gent, el Senyor Déu les havia utilitzat sàviament A FI DE BE, es a dir per un bon propòsit final. Si arribéssim a tenir una saviesa mínimament comparable a la d'aquell governador de l'antic Egipte, fàcilment ens sorprendríem a nosaltres mateixos al dir amb joia: Glòria al bon Déu de la Providencial!.

Si:Som a mans de Déu!

Hace poco se ha celebrado en la ciudad de Barcelona la II Cumbre Interreligiosa Iberoamericana. Este tipo de cumbres son encuentros previos que se organizan antes del encuentro anual de jefes de Estado y de Gobierno de los países iberoamericanos. Su propósito es poner en la agenda de los máximos dirigentes de cada país una serie de propuestas de trabajo que contribuyan a un mayor profundización en las libertades y en el desarrollo económico.

Por segunda vez en la historia se ha considerado que la perspectiva de las Confesiones Religiosas puede ser una aportación significativa a las conclusiones finales de la Cumbre.

La verdad sea dicha es que para el GTER, el Grupo de Trabajo Estable de Religiones, -organizador del encuentro junto con Religions for Peace- ha sido un reto importante organizar este evento y trabajar para llegar a unas conclusiones finales que respondan a la expectativa creada.

Este nuevo espacio de servicio y testimonio debe llevarnos a una profundización en nuestra propia reflexión sobre la parte del espacio público que estamos llamados a ocupar.

Si hace unos años el reto era trabajar para fomentar el diálogo interreligioso y para fomentar el diálogo con la sociedad civil, el reto de hoy en día es ser capaces de poner sobre la mesa propuestas de trabajo con vocación de cambio social.

Ya no basta con decir que queremos dialogar. Hoy en día hay que decir sobre qué queremos dialogar y cuál es nuestra hoja de ruta para este diálogo.

Tal vez por esta razón, en lugar de insistir tanto en el diálogo, lo que hoy tenemos que hacer es empezar a construir el discurso interreligioso. Este no debe ser un discurso en el que debatamos entre nosotros tal y cual cuestión teológica, sino en el que debatamos entre nosotros, desde las respectivas perspectivas de fe, cuáles son las carencias de este mundo que debemos denunciar y cuáles son los caminos que hemos de emprender para enderezar estas situaciones.

El reto es importante porque este discurso interreligioso no puede ser la resultante del pensamiento particular ni de una persona ni tampoco de una confesión, sino que debe ser fruto de un proceso que nos lleve a construir juntos respuestas para aquella parte del mundo a la que podemos aportar propuestas.

El reto nos pilla un poco a contrapié. Las situaciones de crisis que nos rodean, por su gravedad, exigen lo mejor de todos nosotros pero estemos atentos a este reto, no sea que la crisis nos haga perder el necesario discurso interreligioso que entre todos debemos construir.

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